SÍNTOMAS Y TRATAMIENTOS
Con la vuelta a las guarderías de los más pequeños y al cole los que ya cuentan con sus tres añitos mínimo, regresan de nuevo los temidos virus. No es extraño escuchar por la calle comentarios como: «si es que van una semana a clase y el resto del mes se lo pasa malito o malita en casa». Y es que esta situación es más común de lo que nos pensamos. Los pequeñajos comparten espacio y tiempo con otros pequeñajos que se relacionan y conocen mediante el tacto principalmente y la boca. Es por ello que se hace imposible poder controlar el traspaso de enfermedades víricas entre ellos.
Una de estas enfermedades que más resuena es de la que te hablamos en este post, que desde Clínica Dental MªJesús Crespo te hemos preparado, el cada vez más temido boca-manos-pie. Una infección muy contagiosa que puede llegar a trastocar la salud de los más mayores también.
Pero que no cunda el pánico porque en este post te vamos a contar todo lo que debes saber para poder plantar cara y salir airosa o airoso de esta enfermedad. Sigue leyendo.
CONOCE AL VIRUS Y SUS SÍNTOMAS
Lo primero que debes tener en cuenta es que se trata de un virus que puede aparecer con síntomas muy variados y llevarte, por tanto, a confusiones. Como ya os hemos comentado en la introducción del post, estamos hablando de infección de alto contagio que suele afectar además a niños generalmente menores de 10 años de edad. Debemos prestar especial atención a los peques de 3 añitos ya que en ellos puede llegar a complicarse más. Y también tener en cuenta que una vez el virus ha entrado en nuestra casa, incluso los adultos pueden llegar a contagiarse.
En cualquier caso se trata de la manifestación de lesiones generalmente en boca, manos y en los pies, de ahí su peculiar nombre. Son como vesículas, eso sí, sin ningún tipo de líquido en su interior, que aparecen sin más por las zonas ya mencionadas. Puede darse que veas algunas lesiones en una zona en concreto pero no en el resto, situación que seguramente variará con el paso de las horas, apareciendo finalmente por el interior de la boca, en las palmas de las manos y en las plantas de los pies. Debemos mencionar que en algunos casos también pueden observarse en la zona de los genitales, tobillos o en la espalda.
Por regla general, tu peque habrá mostrado un malestar general los días previos a la aparición de las vesículas. Dolor de garganta, disminución del apetito y algo de fiebre. El enterovirus que causa esta enfermedad hace que la fiebre sea muy alta, incluso por encima de los 40 grados y que además, se prolongue hasta los 7 días. No obstante, como siempre decimos, lo primero es no alarmarse y acudir cuanto antes a tu especialista habitual.

TRATAMIENTO PARA EL BOCA-MANOS-PIE
Una vez diagnosticada la enfermedad sólo cabe tener paciencia y esperar. Sí, como lo lees… Por supuesto, seguramente tu especialista te recetará calmantes para el dolor y para controlar la fiebre pero poco más se puede hacer ya que se trata de un virus que se cura por sí mismo en unos 10 días aproximadamente.
Se trata de un virus que afecta mucho a la salud bucodental del menor y del adulto que la padece ya que las temidas llagas o vesículas resultan muy molestas y llegan incluso a impedir la ingesta de alimentos más allá de líquidos. Sin embargo, como decíamos anteriormente, se trata de una enfermedad que mejora con los días y que, tratada con algún anestésico de forma tópica puede llevarse mejor.
En cualquier caso es muy importante tener en cuenta que no hay que obligar al menos a comer. Si no quiere hacerlo es debido a las molestias que padece en su boca y por tanto tu prioridad debe centrarse en que se mantenga bien hidratado.
Por otro lado, las vesículas de las manos y los pies o incluso si presenta en otras zonas del cuerpo, también pueden tratarse con alguna medicación que alivie el picor y les ayude además a protegerlas del riesgo de infección. Hablamos de cremas desinfectantes y antibióticos específicos tópicos que el pediatra, seguramente, te recomendará.
Desde Clínica Dental MªJesús Crespo esperamos que con este post hayas podido conocer mejor esta popular enfermedad y así contar con más herramientas y seguridad a la hora de plantarle cara. Recordarte, una vez más, que debes acudir a tu pediatra o médico de cabecera si la padeces tú. Y también que es recomendable acudir a tu dentista para controlar tu estado bucodental.
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