Llega el verano, la etapa más esperada para algunos durante todo el año para poder disfrutar de las vacaciones, del descanso, de viajar. Entre tanta diversión puede que dejemos de lado el cuidado de nuestros dientes, y debemos tener muy en cuenta que las bacterias no tienen vacaciones, nunca descansan y siempre están listas para actuar.
POSIBLES PROBLEMAS BUCALES EN VERANO
Aunque no lo creamos, el verano sí afecta a nuestros dientes, es la época del año en la que más especial atención debemos tener. ¿Por qué y cómo influye el verano? El calor no es el factor que provoca la salida de caries o enfermedades periodontales, pero sí que influye en nuestra forma de beber y comer. Parece que el resto de las estaciones del año somos más estrictos con nuestra forma de vida, nuestras rutinas, y con la llegada de la época estival nos volvemos más laxos con casi todo, sobre todo con la comida y la bebida. El trabajo nos hace ser más constantes y rectos con nuestras comidas, con la higiene. Por el contrario, las vacaciones nos hacen despojarnos más de las obligaciones y dejar de lado todas las pautas que llevamos a diario. Esto sumado a que en verano consumimos productos con más azucares.
Después del verano los problemas bucales más comunes son:
- Caries.
- Desgaste del esmalte dental.
- Rotura de dientes.
- Aumento de placa bacteriana.
- Halitosis.
- Problemas periodontales.
- Traumatismos.
¿CUÁLES SON LOS PROBLEMAS BUCALES EN VERANO?
En los párrafos anteriores ya os hemos avanzado algo, y es que, con el verano, nos relajamos en todos los sentidos tanto en cuerpo como en mente, y eso hace que descuidemos las rutinas que solemos llevar en nuestro día a día. Esa relajación junto con el calor que es el factor que provoca que se desencadenen una serie de circunstancias, tales como que tengamos más sed y como consecuencia nos lleve a beber más refrescos, más bebidas azucaradas, etc, etc. Luego como estamos tan relajados se nos van las ganas, o dejamos para luego tareas tan importantes como cepillarnos los dientes después de las comidas o dejar de pasarnos tantas veces el hilo dental.
El verano no es para estar en casa, comemos más veces fuera que dentro de nuestro hogar, eso hace que el número de cepillado se reduzca, es decir, si en invierno lo hacemos de 2 a 3 veces pues igual en verano se reduce a una, la de la hora de dormir. De normal se suele llevar la bolsita de aseo con el cepillo y el dentífrico, porque en invierno, o bien comemos en la oficina o bien en el restaurante más cercano a nuestro trabajo, pero en verano si vas a pasar el día a la playa, hasta que no vuelves no te lavas los dientes.
En las comidas de verano con el calor no dejamos de pensar en el momento de bebernos un refresco bien frío con mucho hielo, y casi todas estas bebidas contienen un montón de azucares.
Los peores enemigos de nuestra boca en verano son el alcohol y el azúcar que son los perores enemigos de nuestros dientes y encías. Seguramente nunca te hayas parado a pensar que darte un baño en la piscina pueda ser perjudicial para tu cuerpo, en este caso para los dientes. El cloro de la piscina puede cambiar el ph de nuestra saliva y afectar negativamente al esmalte de nuestros dientes.
Por otra parte, los traumatismos también son muy comunes en verano. Con un mayor número de horas de ocio, aumentamos nuestra actividad física, y esto puede provocar que suframos alguna caída imprevista al movernos más. Gran parte de las urgencias de verano son por traumatismos en la boca, rotura de dientes, fracturas, etc.
En la Clínica dental ª Jesus Crespo Requeni hacemos hincapié para que no descuides tu higiene dental. Para cualquier duda o consulta puedes consultarnos. Visita nuestra web. ¡Cuida siempre tu boca! Es la mejor prevención.