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EL CLORO DAÑA TUS DIENTES

CÓMO EVITAR QUE EL AGUA DE LAS PISCINAS DAÑE NUESTRA BOCA

En pleno mes de agosto, y aunque muchos ya han visto finalizar sus vacaciones, otros tantos siguen disfrutando de ellas o incluso comenzándolas. Y ya seáis de mar o de montaña… en casi ningún destino veraniego falta una piscina que nos ayude a sobrellevar mejor las altas temperaturas de esta época del año.

Y justo de esto venimos a hablaros en este post. Porque está más que genial disfrutar de un baño refrescante y divertido en una atractiva piscina veraniega pero sin olvidar los efectos que el cloro de su agua puede provocar en nuestra salud bucodental.

En este post desde Clínica Dental Mª Jesús Crespo hemos querido recopilar las claves para que puedas disfrutar de la piscina sin renunciar a unos dientes sanos.

¿POR QUÉ PUEDEN PERJUDICARNOS?

Para que las piscinas estén listas para su uso diario, además de una renovación constante de sus aguas, cuentan con grandes cantidades de cloro que les ayuda a eliminar cualquier rastro de gérmenes que puedan haber en ellas. De otra manera sería impensable poder disfrutar de una piscina comunitaria por ejemplo.

Si eres de esas personas que simplemente utiliza las piscinas para un baño esporádico y de vez en cuando no debes preocuparte excesivamente por la salud de tus dientes. Sin embargo, si eres de los que pasas buenos ratos a remojo presta especial atención.

Normalmente las personas que más tiempo pasan en las piscinas son profesionales del medio como los deportistas olímpicos. También los más pequeños de la casa. No obstante, también hay muchos veraneantes que pasan muchas horas al día en remojo para conseguir llevar el calor lo mejor posible. Y son precisamente estos casos los que más hay que tener en cuenta a la hora de una buena prevención.

¿CÓMO NOS AFECTA EL CLORO?

Muy sencillo, el agua tratada con cloro tiene un efecto erosivo. Por lo tanto si pasas muchas horas al día o de manera repetitiva este contacto con el ph del agua puede provocar acidez a tu boca así como un desgaste prematuro del esmalte de tus dientes.

Si nos exponemos en exceso al cloro del agua, éste podría provocar que fuera mucho más fácil la aparición de bacterias y sarro. El pH de nuestra saliva tiene unos niveles determinados que se ven alterados al alza por bañarnos en aguas cloradas, razón por la cual el cloro daña los dientes derivando en patologías o un desgaste si no tomamos las medidas oportunas.

DATOS O PISTAS A TENER EN CUENTA

Por suerte, os vamos a ofrecer un par de truquitos o pistas para que podáis adivinar si la piscina en la que os bañáis habitualmente contiene altos niveles de cloro o si de lo contrario es apta y podéis bañaros más que tranquilos.

Fijaos bien en todos aquellos elementos presentes en las instalaciones de baño que veáis que están en constante contacto con el agua, es decir, por ejemplo unas escaleras o las barandillas de acceso al agua. Si en estos elementos observáis algún tipo de erosión, bingo, puede que tu piscina contenga demasiado cloro.

Otra pista muy común, y que seguro que os sonará porque os habrá pasado, es si al salir del agua comprobáis que los ojos os pican demasiado o sensación de ardor así como verlos enrojecidos. Si esto sucede, cuidado, pues el cloro de tu piscina podría dañar tu dentadura.

Desde Clínica Dental Mª Jesús Crespo te recomendados que si sueles hacer uso de una piscina grande comunitaria estés muy pendiente de los niveles de cloro. Así como si haces uso diario de los baños en piscinas.

Esperamos que después de leer este post tengáis las herramientas necesarias para poder averiguar en qué tipo de aguas os estáis refrescando este verano y si estos baños están resultando o no perjudiciales para vuestra salud bucodental. Como ya habéis podido comprobar se puede disfrutar de un buen baño en piscina sin poner en peligro tu boca.

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